La pastilla

- Ahora cuénteme ¿de qué estamos hablando?

- Así le dicen, no sé el nombre científico. Tiene muchos efectos, pero el que nos interesa es que aumenta la agresividad de la gente, así que se vuelven violentos.

- Ya pacificamos esta cárcel, no podemos permitir que esto se nos llene de violencia nuevamente. ¿El cargamento es grande?

- No, muy pequeño. Es una muestra, para ver cómo podría ir el negocio.

- ¿Ya sabe dónde está?

- No, pero si me dijeron quien la vende.

- Es un buen punto, pero necesitamos encontrarla para incautarla.

- Eso nos puede llevar algún tiempo y necesitamos resolver rápido, porque cuando la empiecen a vender, comenzará la violencia.

Marcos se quedó mirando por la ventana, al infinito, a mil metros como decían en el ejército. Ravell se quedó callado esperando las órdenes. Unos minutos después, Marcos se volteó y dijo:

- Tengo una idea.

- Escucho

- Vamos a convencerlo que no la venda.

- ¿Se lo va a pedir a Santa Claus?

- Jajaja, no, se lo voy a decir. Hay que hacerle una propuesta que no pueda rechazar, como decía “El Padrino” Don Corleone.

- Como la mafia, ¿le va a poner una pistola en la cabeza?

- No, es ilegal y un problema. El sabe que no puedo apretar el gatillo, pero debe creer que su vida peligra. La amenaza debe surgir de adentro de la torre. Esa sería creíble.

- ¿Le va a decir a un interno que lo amenace? ¿Qué le ponga una pistola en la cabeza?

- No, no se puede confiar en un interno, le puedo decir a uno y lo hará, pero se le irá la lengua. Pero debe haber muchos internos disponibles, ¿Qué haría alguno de los angelitos de la torre para agradar al director, si desea pedirle un favor?

- Más de uno sería capaz de matar a cualquiera.

- Pues ahí lo tenemos. No necesitamos decirle a ningún interno, basta con que él crea que la amenaza es real. Y como será perfectamente creíble, para él será real.

- ¿Y qué piensa hacer?

- Me interesa obtener la opinión de los internos para algunas cosas relacionadas con las mejoras del menú y algunas otras cosas. Entrevistaré a varios internos para conocer su opinión sobre lo que deseo mejorar y cuando esté con él, dejaré correr que el asunto me preocupa y que ya se van a encargar en la torre, uno que me debe un favor.